Suena algo enfermo la verdad pero hay historia.
Esto ocurrió cuando tenía 13 años, en esa época me dejaban solo en casa luego de venir del colegio y no tenía nada que hacer luego de llegar a casa.
Un día llegó en casa y mi perra me recibe alegre, abro la puerta de mi casa y entra conmigo en casa, normalmente duerme en el pasillo frente a la puerta.
Llegó y me dispongo a desvestirme para bañarme antes de almorzar porque tenía mucho calor.
Mientras me estaba bañando me hize una paja y según yo me lave bien luego de eyacular( ojo que va a ser importante después), me terminó de bañar y me voy a ver qué almuerzo, en ese tiempo cuando estaba solo me dolía pasear en bolas por la casa y que no había nadie aparte de mi y mi perra en la casa.
Mi perra en el salon ve que estoy tocando comida y me empieza a seguir.
Voy a mí cuarto para comer y ella también va, me siento en mi cama con las bolas al aire comiendo un sándwich, luego de un momento voy sintiendo que se suben en el regazo volteo y es mi perra pidiendo comida, luego de un momento se baja pero me empieza a olfatear mucho, yo no le hice caso hasta que sentí que se me arrimo en la pija.
Cuestión que se pone a oler cada vez más y supongo que olió el cum de hace rato cuando me estaba bañando, me tira 2 lengüetazos así para probar que es eso y me toca la cabecita con esa lengua húmeda pero tibia, la trataba de alejar porque no sabía que estaba queriendo hacer, cuando se sube un poco más y empieza a lamer más, voy sintiendo las lamidas en la pija como recorren casa rincón, intento volver a apartarla pero está vez medio me gruñe y yo con miedo de que me muerda la poronga la dejo, después se me va parando cada vez más y más, en una de esas se mete toda la pija en el hocico.
Siento como se retrae mi prepucio ahi mismo y comienza a lamer cada vez más y más.
voy sintiendo que se me recarga el cum otra vez por las lamidas, cada vez más cerca de soltar una carga, trate de volver a alejarla una última vez pero me volvió a gruñir, cuando ya sentí que estaba al límite, me dió unas lamidas más y me corrí, solté demasiado esa vez, me sentí muy exitado y sin entender que pasó.
Cuando vio ese líquido extraño saliendo de mi pene se puso a lamer mas rápido, y yo la punta más sensible que nunca me hizo sentir más placer.
Luego se bajo y se fue a la sala como si nada.
Me meti a bañar de vuelta porque me dejó todo babeado aparte de la pija.

Esa vez fue accidental y sin querer.
Digo esa vez porque la siguiente vez yo la invite a qué me lamiera.
Llegué del colegio y como era mi rutina me empecé a quitar toda la ropa y andar en bola por la casa ya que no había nadie.
Mi perra entro conmigo como de costumbre pero está vez la llamé directamente a mi cuarto, me senté en el suelo y con una mano empiezo a mover mi pija de un lado a otro, ella viene y me empieza a lamer muy rápido.
Se sintió bien y muy placentero, la lengua tibia con su saliva raspando mi pija desde la base hasta la punta, aún no la había pelado, baje mi prepucio y como si le estubiera dando el mejor manjar de su vida empieza a la cabecita demasiado, sentí una bomba de placer y exitacion demasiado grande.
Luego la tome de la cabeza suavemente, agarre mi pija, estaba más dura que de costumbre, se la metí en el hocico, ella seguía lamiendo, Vi que no reaccionó de mala manera por lo que decidí meterla más, la tome más fuerte y la metí en su garganta, ufff esa sensación de ese tubo caliente y baboso rodeando el glande se sentía demasiado bien.
La saqué un momento, ella siguió mi pija para seguir lamiendo, me puse de rodillas, le volví a tomar la cabeza y le puse de vuelta el pene dentro de su hocico, empecé a mover las caderas como si estuviera cogiendome a alguien, no se resistió ningún momento.
Sentí que estaba por venirme, así que empecé a ir más rápido.
Cuando estaba por correrme la saqué un momento, la pobre seguía queriendo lamer mi pene.
Le metí una última vez lo más profundo que pude y solté una carga muy grande, sentí como recorría todo ese semen desde mi interior hasta su garganta, fue muy placentero.
La saqué de su garganta viendo la cantidad que había soltado, mi perra empezó a tragar ese semen como si nunca hubiera comido.
Me lamió unas cuantas veces más porque aún tenía semen en la punta de del pene.
Cuando me di cuenta que hice me dió un asco muy grande, no creí que le podía hacer eso a un animal y más aún a la perrita que teníamos en casa.
La primera vez que me lamió no entendí que paso.
La segunda vez fui yo quien la provocó, me hizo sentir raro, asqueado de mi mismo, tenía miedo de que me haya pasado alguna enfermedad o algo, empecé a evitar que entrara conmigo en mi cuarto cuando me iba a cambiar o después de bañarme.
Cuando la veía sola en el salon le pedía perdón por lo que hice, ella pensando que eran mimos me movía la cola y se dejaba acariciar.
Esto es algo que quería sacar en algún lado, aprovechando el anonimato lo cuento aquí.