Si intentara remontarme a la raíz de esto tendría que irme a cuando tenía quizás unos 5 o 6 años, con acceso a las revistas porno de mi padre e internet, donde, no al mismo nivel que ahora, pero sí de alarma, ya miraba mujeres encueradas, me daba curiosidad ver tremendas tetas, los vellos púbicos, los labios vaginales, algo en mí se activaba, como de manera instintiva, generaba erecciones tempranas.

Pasando los años, pero todavía siendo menor, fantaseaba con la idea de pagar por sexo, por alguna razón mi cerebro no podía concebir que pudiera tener relaciones sexuales con alguien más sin esa transacción de por medio, salvo sus excepciones como las parejas o vínculos que uno puede tener a lo largo de su pubertad.

Fue aproximadamente a los 15 o 16 años que conocí el lado porno de twitter e instagram, así también portales de anuncios para la prostitución, seguía siendo un niño sin dinero en el bolsillo, así que me reservaba a observar y masturbarme.

Años más tarde, cuando comencé a trabajar y generar ingresos, me decanté por la compra de contenido y me incliné más tarde por contratar servicios con mujeres o transexuales, hasta hago viajes simplemente con el fin de hospedarme en un hotel y verme con una o dos mujeres de la vida galante por día, ya que en mi ciudad no es la preferida para giras de muchas.

Hasta ahí alguien pensaría que todo está bien mientras me cuide y no le haga daño a nadie pero esto lo veo como alguien enganchado a alguna droga; dedicas dinero y tiempo para pagarte el placer. He llegado a pagar tarde la renta de mi casa o sacar préstamos solo para darle gusto a la entrepierna por haber visto el anuncio de una mujer que presentaba una promo o daba solamente unos días para conocerla. Quiero hacer mención especial a Twitter que ha alimentado mucho más que Hispasexy mis perversiones, ahí fue donde también entré a círculos swingers, yendo a clubes o frecuentando a parejas para tener sexo. No es que sienta un vacío en mí al terminar, sino que después, al día siguiente o después, busco volver a coger, y eso pesa en el bolsillo.


Me gusta el porno sí, tengo la computadora llena de porno con material que data desde el 2014, lo considero al nivel de la videoteca de Capulina, hasta ha pasado por mi mente comenzar a lucrar produciendo videos, ser menos despreocupado y subir contenido de mis aventuras a twitter para así tener mayor oportunidad de estar con nuevas mujeres, actrices porno, sextwitteras, esposas del cuckolding, etc. Pero eso significaría un "salir del clóset" entre mi vida diaria y mi vida de vicios, ya que ninguno de mis conocidos sabe lo que hago hasta ahora.


Esa es mi vida en conclusión. Si llegaran a caer en el mismo camino no olviden cuidarse, tomar PreP y tener su esquema de vacunación completo, alimentarse y ejercitarse, este deporte no es para todos.