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Anónimo
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Parte 1.2
que lo movía para acomodarse mejor el bulto en su rajita que se le marcaba en su calzoncito, y al mismo tiempo brincaba de gusto, yo llegue por un momento a pensar que Valeria era consciente de lo que pasaba, y que además le gustaba pues cuando mi amigo subía su cintura hundiéndole todo su bulto, ella entrecerraba los ojos y se apretaba con su culito contra él, pues estaba sintiéndola en su cosita.
Mi amigo me mira, yo estaba empalmadísimo por el espectáculo, y no tenía reacción mental sobre lo que ocurría.
Pues solo veía esta situación tan morbosa.
Pero una pregunta me sacó de mi letargo mental.
– ¿Quieres manejar tu ahora Paula?
Pregunto mi amigo a mi hija, yo me quede parado y confuso, pues ella con la cabeza dijo que si, por mi cabeza solo pasaba la idea, de ver a un hombre calentándose con las frotadas que el culote de mi hija le pudiera ofrecer, yo iba a decirle a Paula que se detuviera, cuando mi amigo dijo.
–Valeria ahora siéntate en las piernas de Paulo, y simula que también estas manejando, mientras yo enseño a Paula.
Me pilló de sorpresa la petición que mi amigo le había hecho a su sobrina, me quede totalmente petrificado, pero de momento me quede pensando que mi amigo era un aprovechado pues el culote de Paula le iba a dar más placer que a mí el culito de Valeria.
Mi amigo noto mi enojo, nerviosismo, calentura, todas esas emociones que nunca en mi vida había sentido y me dijo.
-Déjame solo por hoy, tú tienes toda la vida para disfrutar de sus nalguitas, venga amigo que es solo un juego, ponte cómodo y desabróchate ese pantalón, pues la hebilla de tu cinturón puede lastimar a Valeria.
Al decir eso, Valeria se levantó de la verga de mi amigo, y tomando su falda de los lados dejándola en la misma forma de pañal, dio un brinco de lado a lado, y se colocó en mis piernas, ella me lanzo una miradita coqueta y me dijo.
-Sr.
Pau, su hebilla me lastima.
Yo sin pensarlo, me desabroche el pantalón dejando solo mi calzón, pero sin que mi amigo se diera cuenta, me saque la verga que estaba completamente durísima, y así el culito de Valeria rozaría con mi verga.
Yo pienso que ella sintió lo duro de mi verga, pues volvió su cabeza para echarme una mirada picarona, pero no dijo nada.
Yo solo veía a una niña muy linda sentada en mi verga, su cinturita era muy pequeña, aunque sus caderas apenas empezaban a ensancharse, se veía muy rica, o probablemente la veía así por la calentura que traía conmigo, puse mis manos en cada una de sus suaves piernitas, y cuando las toque comprendí porque a mi amigo le encantaban tanto, pues estaban muy tornaditas y suavecitas.
De pronto ella sentada en mí, juntó sus piernas hecho su culito para atrás y yo sentí como mi verga se deslizaba por la rajita de sus nalguitas.
Ahora mi verga estaba más abajo casi tocando su vaginita, ese desliz que me hizo, se sintió como un viaje al cielo.
Después de deslizar el culito por toda mi verga, ella solita empezó lentamente a moverse un poco hacia el frente y luego hacia atrás, de ese modo mi verga estaba viajando en el canal de sus nalgas, comenzó a dar saltitos muy suaves, cuando notaba la cabeza de mi verga chocar con su culito.
Por un momento, perdí la noción mental y le agarré fuerte de su cinturita, y a cada saltito que daba, yo le hundía fuertemente mi verga en su culito levantándola hasta el techo del auto y empujándosela lo más hondo que podía por unos segundos, dejándosela bien incrustada.
Incremente el ritmo, y la niña correspondía a cada embestida que le pegaba, ella con un movimiento de cadera haciendo círculos se la clavaba en su raja.
De repente me acorde que mi hija debería estar haciendo lo mismo con mi amigo, cosa que extrañamente no me importo, al contrario me calentó, al voltear a ver, note como mi hija teniendo la falda de la misma forma que Valeria, estaba sentada en la verga de mi amigo, pero ella cínicamente hacia formas circulares con sus enormes nalgas, hacia arriba y hacia abajo, mientas mi amigo totalmente perdido, no podía ni manejar, por como lo estaba poniendo el trasero de mi hija.
No pudo más y se detuvo en un callejón sin gente, al parecía conocer muy bien, para así poder disfrutar mejor del masaje que el enorme culo de mi hija le estaba brindando a su ya jugosa verga.
-¿Ya no vamos a manejar más?
Dijo Paula al sentir que mi amigo estacionó el vehículo, Paula dejo de moverse sobre la verga de mi amigo, él quería que parara de mover el culo.
Yo lo miré, y tenía cara dé que si Paula le seguía moviendo el culo así, le echaría su leche en el calzón, y él se veía que lo que quería, era disfrutar al máximo de ese enorme culo.
Valeria seguía moviendo su pequeño culito en mi verga, y pude notar la humedad que ella tenía en su calzón, pues al tener mi verga tocando su braguita se le notaba muy mojada, de verdad parecía que ella lo estaba disfrutando al máximo, a mí también me estaba dando el placer más rico que había sentido en mucho tiempo.
Paula no se movía y estaba en la verga visiblemente parada de mi amigo, que la levantó y liberó de su calzoncillo dejándola libre.
Ahora el culote de mi hija estaba en la verga desnuda y a punto de estallar de mi amigo.
Esto ya iba más allá del morbo, más allá de lo correcto, estaba viendo como una verga se rozaba en el culote de mi hija, y en vez de parar eso, al contrario quería que continuara, me sentía excitadísimo.
Pero Paula seguía sin moverse, mi amigo se percató de eso, y le dijo a Valeria.
– ¿Por qué no enseñas a Paula como se echa una carrera, para ver quién conduce mejor? ya sabes cómo usar el acelerador cuando el auto está detenido.
Él me miro y sonrió, a la vez que me guiñaba el ojo, como buscando mi aprobación.
Asentí con mi cabeza imaginando que era lo que le había dicho a su sobrina.
-Bien Paula mírame lo que hago, porque cuando el auto está detenido, para acelerar hay que hacer estos movimientos.
La niña me empezó a hacer unos movimientos de caderas que hacían rozar toda su raja por mi verga.
Yo abrí mis piernas y ella comenzó más rápido, me estaba haciendo una paja con su culito.
Miró a mi hija y le dijo.
-Esto es acelerar.
Y sus manos simulaban como si cogiera un volante, y así siguieron jugando las niñas.
Mi hija sonriente y divertida dijo ¡sí!, pero a mí me pareció que Valeria sabía mucho más sobre cómo calentar una polla de lo que aparentaba, pues ella se empezó a mover sobre mi verga con fuerza simulando manejar, y yo ya la tenía sujetada de las caderas y deslizándola con fuerza, tallándosela por todo el canal.
Paula no comprendió lo que pasaba pero empezó a deslizarse de la misma forma que Valeria, a mí se me puso más dura y gruesa la verga, al ver a Paula deslizándose con fuerza en la verga de mi amigo, mientras yo agarraba a su sobrina de las piernas y le decía:
– Si chiquita muévete más bebé, así mi amor gánale a Paula, muévete, mmm que bien bebé muévete más.
Mi amigo al oír mis palabras se tuvo que excitar, pues le pegaba cada tallón al culo de mi hija que la levantaba de sus piernas, pero ella no paraba el ritmo.
Tras unos minutos mi hija paró de golpe el movimiento de su culo, Raúl dijo.
-Que ocurre princesa, por qué paras de manejar, mira que Valeria te va a ganar.
-Es que estoy muy cansada de moverme así, me duelen las piernas, y ese bulto me hace daño en mi culo.
Valeria en cambio, no paraba de moverse, yo ya estaba a punto de correrme si seguía moviéndose así le estallaría la verga en las bragas llenándola de leche, entonces ella levantó su culo y lo despegó de mi verga, giro su cabeza y dijo con una mirada de cachonda.
-Deme ahora usted acelerones que también estoy cansada y me duelen las piernas.
La niña puso su pequeño culito empinado, y colocó sus manos sobre el salpicadero, yo me agarré la verga, la coloqué con el tronco de ésta en su raja y empecé a pajearme con su culo