Cuando iba en sexto de primaria, tenía un compañerito llamado Agustín, casi todo el ciclo escolar no nos hablábamos, no eramos del mismo grupo de amigos, pero esto cambió cuando la maestra nos movió de lugares y nos sentó juntos, ahí comenzamos a hablar y pues nos hicimos amigos. El era un chico de buenas calificaciones, y a leguas se notaba que era el típico niño mimado por su familia, pero era buena onda.

Pasaron unas semanas para que me invitará a su casa a jugar videojuegos, después de la invitación formal, pidiéndole permiso a mi mamá para dejarme ir un viernes a la salida. Llegamos a su casa jugamos, comimos, bla bla bla y ya siendo tarde llegó su mamá, (la de la foto) nada especial en ella, una madurita más, ya la había visto en algunas ocasiones en la escuela, porque quien lo llevaba y traía de la escuela era su abuela. El chiste es que llegando nos saludo y se llevó a Agustín con ella al sillón de la sala, lo sentó entre sus piernas y lo comenzó a llenar de besos, mientras le preguntaba como le fue en la escuela y otras preguntas random de una mamá a su hijo que no ve la mayor parte del día, y pues él le respondía, yo no le presté atención, me pareció súper x, una madre cariñosa más amando a su hijo, así duraron como 20 minutos jajaja yo estaba más al pendiente de jugar con su consola que preocuparme por eso. Terminó la tarde bla bla bla me fui a mi casa.
El Lunes en la escuela me acordé de un momento a otro de lo que pasó el viernes, y de como su mamá lo agarró a besos, como sin nada se me ocurrió preguntarle a Agustín si le gustaba que su mamá fuera muy cariñosa con él, esto porque en mi caso no me gustaba ese tipo de cariños por parte de mi mamá hacia mi, me daban cringe ese tipo de comportamientos jajaja.

La respuesta de él fue "si, me gusta, se siente rico como me besa". Me quedé así de "ah bueno, X" y me dijo que siempre que su mamá llegaba hacia lo mismo, se sentaba con él en el sillón lo abrazaba, platicaban y ella le daba besos en los cachetes, en el cuello y en la boca. Ahí fue cuando mi mente (en ese entonces ya pervertida) comenzó a emocionarse y fantasear pendejadas.

Me quedé pensando en eso todo el día. se me ocurrió preguntarle si íbamos a jugar videojuegos otra vez pero me dijo que no, que tenía que pedirle permiso a su mamá. Para resumir lo demás e ir al grano, en un lapso de 3 meses tuve la oportunidad de ir a su casa solamente tres veces. En la primera (ya teniendo todo planeado en mi enferma mente) estaba esperando a que su mamá llegara para ver qué hacían en el sillón, a eso de las 4 de la tarde llegó, se saludaron y se fueron a sentar, yo me moví a un ángulo donde ellos no me vieran directamente y así yo poder verlos, jaja. Comenzaron a platicar, se abrazaron y su mamá comenzó a darle besos en el cuello, de esos lentos que se han de sentir delicioso (yo en mi mente pensé "que suerte de mi amigo") platicaban de la escuela etc, mientras Agustín respondía, la mamá no dejaba de darle besos en los cachetes, unos cortos y otros más largos, después de un rato, yo haciéndome el que no los miraba, me exitaba mucho jajaja. Al final Agustín echaba la cabeza para atrás entre los brazos de su mamá y ella le comenzaba a dar besos en la boca ahí me quedé pensando "que rico" primero eran piquitos en la boca, después su mamá le acariciaba el cabello y le daba besos más largos en la boca. Mi pequeña verga de 11 años estaba que reventaba. Eso mismo paso en las siguientes dos ocasiones que fui a jugar a su casa. Ya no pude ir porque a mí no me dejaban o porque a él tampoco le daban permiso. Al final, ya más entrados en confianza y cuando hablábamos barbaridades, se me ocurrió preguntarle, si se le paraba la verga cuando su mamá hacia todo eso y su respuesta fue "si se siente bien rico, lo bueno es que ella no se da cuenta". Y me platico que en las noches cuando su mamá lo llevaba a dormir, también lo besaba en la boca, "yo la abrazo del cuello y nos damos besos, a mi me gusta como se siente, pero ella a veces no quiere, aunque al final si lo hace, mi pene se me pone duro". De vez en cuando me acuerdo de eso, y pienso en si habrá pasado algo más, obviamente no lo creo, pero la morbosidad me mata.