(Sin archivo adjunto)Anónimo
Mi experiencia con dos niñas de puebloMuy buenas. Primero de todo, dejadme decir que esa es la primera vez que escribo un relato, así que pido disculpas si la redacción es un poco pobre, ya que no estoy acostumbrado a realizar descripciones detalladas, y menos de ese tipo. Vengo a contaros una experiencia que tal vez no sea super buena, pero para mí fue muy impactante y una de las emociones más fuertes que sentí en esa época.
Les pongo en contexto. Era 2007, y yo tenía 14 años. Nací en un pueblo más o menos grande, pero mi abuelo era de otro pueblo cercano mucho más pequeño y seguía viviendo ahí. Era un pueblo que antiguamente había albergado unas 50 personas, pero en 2007 quedaban ya solamente 13 habitantes (hoy 7). Eso se debía al éxodo rural, la gente abandonando el campo y los trabajos rurales para ir a la ciudad, trabajar en la industria, etc. Entonces, el pueblo tenía bastantes casas que estaban completamente abandonadas, ya que solamente vivían 2 familias, y ancianos solos en algunas casas (mi abuelo incluido).
En cualquier caso, se conservaban las fiestas del pueblo, una festividad que se celebra una vez al año en cada pueblo y ciudad en España, de origen católico, para venerar a un santo, santa, o patrón de ese pueblo. En los pueblos grandes hay ferias, conciertos, eventos... mientras que en ese pueblo de solo 13 habitantes, simplemente ponían algo de música en la plaza del pueblo mientras la gente bailaba, comía y charlaba. En la fiesta había más que los 13 habitantes, ya que iban también los ex-habitantes y familiares, así como iba yo con mis padres al ser el pueblo de mi abuelo, pero en general solían ser todos ancianos (un 80%), unos pocos de la edad de mis padres, y muy pocos niños. Ese año solamente estaba yo, y las dos únicas niñas que vivían en ese pueblo, es decir, parte de esos 13 habitantes. Esas niñas, que las llamaré A y M, tenían 11 años, eran primas, y las conocía muy bien debido a que existía una muy buena relación entre mis padres/abuelo y su familia, con lo que cada año jugaba con ellas. Eran muy bonitas, bastante dulces, aunque muy traviesas, y al vivir en ese pueblo prácticamente solas (sin más niños o niñas con quien jugar, ya que la siguiente persona más joven después de ellas tenía 25 años en ese entonces), solían estar jugando por el monte, por los campos, y al parecer entre ellas aprendieron un poco a explorar sus cuerpos.
Pues bien, ese día de fiestas, llegué a las 9 de la mañana, ya que a las 9.30 solía haber una misa en la que todos los ancianos iban como locos, y afuera de la iglesia ya les dije a mis padres que yo no iba a entrar, que me quedaría fuera jugando a la GBA (no podía faltar en un día que se presentaba tan aburrido como los demás años). Me senté en un banquito dispuesto a proseguir mi partida de Golden Sun con la GBA, cuando llegó más gente, los que vivían en el pueblo, con sus respectivas hijas (A y M), que en seguida vinieron corriendo hacia mí, y les dijeron que tampoco entrarían a la iglesia, ya que preferían ver el videojuego conmigo. Poco a poco la gente fue entrando a la iglesia, y yo me quedé solo con A y M mientras veían mi pantalla con atención y yo les explicaba alguna cosa del juego.
Pasaron unos 5 minutos, y parece que se aburrieron de verme jugar, por lo que empezaron a decirme que nos fuéramos a otro lado a dar una vuelta, a lo que accedí. Empezamos a andar hacia las callejuelas del pueblo, en dirección a la zona más abandonada. Decían de subirse a un árbol y varias chorradas sobre lo que podíamos hacer, hasta que A, de repente, soltó la frase: \"Ah, oye!! Ya sé qué podemos hacer! Por qué no nos enseñas el pito??\". Me pilló muy por sorpresa, me incomodó un poco la proposición, aun sin entender muy bien el motivo, y sin pensarlo mucho dije que no. Entonces M, mostrando su acuerdo con la propuesta de su prima, me insistió, y ambas me insistieron un rato mientras yo me negaba. Me daba cierta excitación, pero principalmente me incomodaba la idea de mostrar mis partes a dos niñas de 11 años sin más. Al ver mi negativa, finalmente, A dijo:
\"Vale, entonces qué te parece esto? Nos quitamos nosotras las bragas y tú nos miras? Mira todo lo que quieras y puedes tocar, y luego te miramos nosotras\"
Ahí cambió la cosa xD. Se aceleró mi corazón, y empecé a excitarme un poco, a la vez que mil ideas perversas florecían en mi cabeza. Tenía 14 años, había visto muchísimo porno, pero nunca había tenido ninguna experiencia con una chica antes, por lo que iba extremadamente salido por la vida. Lo medité unos segundos... y accedí. No había nadie alrededor, era una zona en la que no iba nadie nunca, estaban todos en misa, y nadie nos iba a ver. Ellas tenían muchas ganas, y yo tras la nueva propuesta también. Se sentaron en una especie de muro bajo, y como llevaban falda las dos, simplemente se quitaron las bragas. Se levantaron la falda, levantando también un poco el culo una vez sentadas, y sin más me mostraron sus vaginas mientras se reían. Durante todo ese rato no dejaron de reírse un poco, como una risita vergonzosa, traviesa. Yo me senté en el suelo delante de las dos, quedando sus vaginas a la altura de mi cara.
La conversa fue un poco rara en general, incómoda, y no recuerdo mucho qué nos dijimos. Ellas me preguntaron si me gustaba lo que veía, les dije que obviamente sí. Les pregunté algo como: \"ok, y ahora que hago? me dejan tocar para examinarlo??, queréis que os toque?\"; y ellas asintieron tímidamente entre algunas risitas más. Acerqué muy suavemente mi mano a la vagina de A y empecé a acariciarla primero por fuera, luego con el dedo índice recorriendo la raja y metiéndolo muy levemente hacia adentro (no hacia la cavidad vaginal como tal, sino a través de la raja, como separando sus labios), regresé donde su clítoris y lo toqué unos segundos, dando un leve masaje, a lo que noté que se puso cachonda y se le abrieron más los labios. Separé también sus labios usando dos dedos para ver más hacia adentro, obviamente lo poco que se podía ver ya que eran vírgenes. Repetí más o menos el mismo proceso con la vagina de M. Me gustaba separar los labios y ver sus vaginas rosaditas, al principio cerradas y escondidas tras los labios mayores, pero quedando más al descubierto tras provocar su excitación. Las estuve manoseando a las dos quizás por 10 minutos, sin hacer en ningún momento amago de meter los dedos ni haciendo una penetración completa, simplemente jugando por fuera.
Al rato me dijeron que era su turno. Me volvía el sentimiento de incomodidad y vergüenza, pero era el trato que habíamos hecho. Así pues, me saqué el miembro, completamente duro tras haber vivido esa fantasía con sus vaginas, y ellas lo miraron medio asombradas y animadas, con la ilusión de alguien que está explorando algo que es nuevo y desconocido pero que llevaban tiempo esperando. Se miraban entre ellas con cierta picardía, con travesura, sonreían y seguían mirando mi pene como quien descubre un tesoro. Tras unos segundos, me dijeron que querían ver bien, que me quitase toda la ropa (excepto camiseta). Así lo hice y, empezando por M, empezaron a tocármelo poco a poco. Acariciándolo primero por el tronco, luego el glande, los huevos... hasta que M me la agarró con algo más de firmeza y empezó a moverlo de arriba a abajo, bajando la piel dejando al descubierto todo el glande, volviendo a subir la piel de nuevo... No me estaba masturbando exactamente, simplemente observaba cómo funcionaba el pene, qué movimientos permitía, cómo de blando o duro podía estar cada parte, y empezaron a manosearme el glande explorando cada detalle, también los huevos, y así entre las 2 estuvieron unos 10 minutos tocándome.
...Continuará, que no me deja seguir escribiendo, tengo que esperar a que se publique el post para la continuación.......