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Anónimo
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Que son esas webadas de que “se cogieron a mi esposa y yo vi en silencio” Aquí les va la mía.
Yo ya estoy casado, pero resulta que antes de conocer a la que es actualmente mi esposa, hubo otra chica. Era la amiga de una prima mía, una putipelirroja exquisita para mi: blanca, ni muy delgada, pero para nada gorda pero sí que tenía el culo gordo, y unos muslos gruesos. Desde que nos conocimos siempre nos tiramos indirectas, e incluso ella sabía que yo me la quería coger ya que una vez entre bromas se lo confesé. Pero nunca llegamos a nada, aunque las ganas ahí estaban.
El día de mi boda, la invite como una amiga más. Esa noche llego con un putivestido rojo bien corto, pegado al cuerpo provocando que se le marcara el culo gordo que se carga, y cada vez que pasaba al lado mío, no podía dejar de mirarle ese culo. Entonces, en una de esas típicas escapadas de la novia en la que se pone a platicar con la familia e invitados, yo aproveché para ir al baño, sin ninguna intención oculta realmente. Y da la casualidad que justo saliendo del baño estaba la putipelirroja. No recuerdo como empezamos hablar, pero me soltó una frase de: “ya te casaste y nunca me cogiste”. Yo, entre cabreado y algo caliente la verdad, le respondí: “si quieres te cojo ahora mismo, nadie nos esta viendo”.
La muy zorra, con una actitud muy alzada, como burlándose de mi me dice: “a ver, hazlo, cógeme a ver si tan valiente, te reto”. Eso me cabreo aún más, entonces, para que se callara el hocico y sin decirle nada, metí mi mano debajo de su putivestido e introduje mis dedos dentro de su concha. La muy golfa ya estaba toda húmeda, incluso había empapado la tanga que traía puesta. Cuando sintió como le metí los dedos, soltó un gemido, pero tapo su boca con sus manos así que nadie nos escuchó. La muy puta solo se quedó ahí, callada, mirándome sorprendida al ver cómo le metí los dedos en la concha peluda que tiene. Yo como vi que no decía nada, ni trataba de quitar mi mano, aproveché y comencé a moverlos dentro de ella.
Cuando vi que ya estaba goteando de lo empapada que estaba, la arrastre dentro del baño, le di media vuelta poniéndola contra el lavamanos, le bajé la tanga roja que traía puesta y me